Comienzo con un poco de retraso mi blog, pero hay quien dice que más vale tarde que nunca. Reconozco que hay una persona muy especial que ha hecho que me animara con lo que a partir de ahora va a dejar de llamarse blog para pasar a llamarse lienzo. ¡Un beso enorme!
Llevo ya un mes en Guatemala, concretamente en el precioso paisaje que dibuja el lago Atitlán en el municipio de San Lucas Tolimán, y tengo que reconocer, que todo lo que he vivido hasta ahora, ha sido especial para mí. He llorado, he reído, me he asombrado, me he enfadado, me ha encantado, me he disgustado… ¡SIEMPRE, HE APRENDIDO!
Quienes caminan conmigo, saben que me llené de dudas cuando me dijeron que yo era una de las 100 jóvenes cooperantes del Gobierno Vasco. Por suerte, las y los mil Pepito Grillos que me rodearon en esos días tan complicados, supieron darme la suficiente fuerza y así apoyarme en la decisión que tomé, en especial quien me dijo: “Izaskun, no te preocupes, viaja, que se que es lo realmente quieres, yo te apoyaré en lo que necesites”. Eskerrik asko!
Los rosas, verdes, azules o amarillos que pintan cada rincón de Guatemala, están permitiendo dar luz y alegría a esta experiencia que estoy viviendo, aunque reconozco que el color que realmente me trae hasta aquí, es el violeta, color con el que pretendo teñir cada uno de mis pasos y cada uno de los corazones que se cruce en mi camino, cueste lo que me cueste.
Dejo así mi primera pincelada de violeta en este lienzo hasta ahora blanco… ¡no será la última!
